El concepto de disciplina tiene su base en la capacidad que desarrollamos para dominar nuestros impulsos. Cuando somos capaces de elegir lo que se debe hacer, más allá de lo cómodo que queremos que sea , podremos alcanzar todos nuestros sueños.
Es claro que todos tenemos ganas de vivir y nos esforzamos por salir adelante. Sin embargo, ese entusiasmo suele disminuir ante las angustias cotidianas que a menudo nos abordan y asi nos dejamos contagiar por los problemas y por ende, no culminamos nuestros buenos propósitos.
Sí eres un ser en busca de actitud millonaria; recuerdalo muy bien: la mayor fortaleza radica en ser ordenado para ejecutar los proyectos. Los buenos resultados no tienen nada que ver con la suerte o con lo que está a su alrededor. Es un asunto de no desistir, de ponerse de acuerdo para seguir un cronograma e ir paso a paso, con la regularidad necesaria para superar las barreras del día a día. Ser disciplinado implica no buscar excusas, no postergar, ser fuerte y poner orden en cada cosa que se plantee.
Por último, quiero recordarte que hay muchas formas de ver la realidad que nos rodea, pero la más importante es la de entender que estamos vivos, que podemos sonreír y que somos capaces de lograr todo lo que nos proponemos.
Citado http://www.vanguardia.com/
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